Como
deportista aprovecho cada uno de los pocos momentos del día que me
quedan, para llevar a cabo las diferentes sesiones de entrenamiento
que realizo y más teniendo en cuenta la práctica de un deporte como
el mío, el triatlón, el cual está compuesto por tres disciplinas,
natación, ciclismo y carrera a pie.
Yo,
como casi todas las personas que conozco y comparto la práctica
deportiva deseamos que nos lleguen unas pequeñas vacaciones, como
las que estamos pasando (las pascuas), para poder tener más tiempo
libre para realizar nuestro entrenamiento y exprimirse al máximo, es
decir vivir como un verdadero deportista de élite.
A
continuación, podría mostrar una pequeña programación de lo que
ello conlleva: Suena el despertador, te levantas alrededor de las 7
de la madrugada, desayunas y sobre las 8:30 ya inicias la mañana con
la natación, una hora y media dentro del agua sufriendo. Después de
esta primera sesión, un pequeño almuerzo para recuperar energía.
Con las pilas cargadas, te montas en la bicicleta para rodar un par
de horas. Llegas a casa, te haces la comida y después una buena
siesta para reponer fuerzas para la carrera de la noche, para
finalizar con una buena sesión de estiramientos. Todo este ritmo se
repite durante 4 o 5 días e incluso hay días que haces hasta 4
sesiones. Este procedimiento de entrenamiento se realiza a modo
concentración con el propio club y junto a otros, en una ubicación
diferente a la que normalmente frecuentas los entrenamientos de tu
día a día y siempre en un lugar cercano a la playa.
Te
das cuenta que aunque es un gran sacrificio se vive bien, porque
practicas el deporte que te gusta y no tienes otra preocupación más
que el entrenamiento. Pero una vez pasados esos días debes aceptar
que tienes que volver a la misma vida de siempre, estudio, trabajo y
aprovechar los ratos libres para entrenar, puesto que aquellos que
tengan el privilegio de poder vivir del entrenamiento son los súper
clase.
A
la conclusión a la que llego, es que en estas semanas que se
aprovechan al cien por cien y que nos vienen muy bien para disfrutar
al máximo de ,nuestro deporte, del compañerismo entre el resto de
clubes, de la socialización con gente nueva, o del compartir
experiencias, también se puede ver que a parte de disfrutar del
deporte aprendes valores. Pero, por otra parte, hay que saber tener
lo pies en el suelo porque esto termina muy pronto y vuelves a la
rutina del día a día, la de forjar un futuro a partir del trabajo y
los estudios.
Debemos
recordar que esto es un hobby para muchos y un trabajo para muy
pocos.