dimecres, 30 d’abril del 2014

Sueños

Como deportista aprovecho cada uno de los pocos momentos del día que me quedan, para llevar a cabo las diferentes sesiones de entrenamiento que realizo y más teniendo en cuenta la práctica de un deporte como el mío, el triatlón, el cual está compuesto por tres disciplinas, natación, ciclismo y carrera a pie.

Yo, como casi todas las personas que conozco y comparto la práctica deportiva deseamos que nos lleguen unas pequeñas vacaciones, como las que estamos pasando (las pascuas), para poder tener más tiempo libre para realizar nuestro entrenamiento y exprimirse al máximo, es decir vivir como un verdadero deportista de élite.

A continuación, podría mostrar una pequeña programación de lo que ello conlleva: Suena el despertador, te levantas alrededor de las 7 de la madrugada, desayunas y sobre las 8:30 ya inicias la mañana con la natación, una hora y media dentro del agua sufriendo. Después de esta primera sesión, un pequeño almuerzo para recuperar energía. Con las pilas cargadas, te montas en la bicicleta para rodar un par de horas. Llegas a casa, te haces la comida y después una buena siesta para reponer fuerzas para la carrera de la noche, para finalizar con una buena sesión de estiramientos. Todo este ritmo se repite durante 4 o 5 días e incluso hay días que haces hasta 4 sesiones. Este procedimiento de entrenamiento se realiza a modo concentración con el propio club y junto a otros, en una ubicación diferente a la que normalmente frecuentas los entrenamientos de tu día a día y siempre en un lugar cercano a la playa.

Te das cuenta que aunque es un gran sacrificio se vive bien, porque practicas el deporte que te gusta y no tienes otra preocupación más que el entrenamiento. Pero una vez pasados esos días debes aceptar que tienes que volver a la misma vida de siempre, estudio, trabajo y aprovechar los ratos libres para entrenar, puesto que aquellos que tengan el privilegio de poder vivir del entrenamiento son los súper clase.

A la conclusión a la que llego, es que en estas semanas que se aprovechan al cien por cien y que nos vienen muy bien para disfrutar al máximo de ,nuestro deporte, del compañerismo entre el resto de clubes, de la socialización con gente nueva, o del compartir experiencias, también se puede ver que a parte de disfrutar del deporte aprendes valores. Pero, por otra parte, hay que saber tener lo pies en el suelo porque esto termina muy pronto y vuelves a la rutina del día a día, la de forjar un futuro a partir del trabajo y los estudios.

Debemos recordar que esto es un hobby para muchos y un trabajo para muy pocos.


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