En
la actualidad, resulta inexcusable que tanto hombres como mujeres
intenten ajustarse cada día más a cánones de belleza – desde
sectores como la moda, la industria alimentaria o la cosmética- y
que son fruto de arreglos digitales. Imágenes que si las comparamos
con la auténtica realidad, son francamente impropias, no naturales.
Problemas de identidad, desprecio y dificultades de auto aceptación
que pueden derivar en trastornos físicos y mentales, como la tan
conocida anorexia, son prueba del efecto que esas imágenes
manipuladas pueden tener sobre nuestros iguales.
El
vídeo que a continuación se muestra, busca poner de manifiesto esa
“irrealidad” de las muchas imágenes que nos llegan a través de
la publicidad. He aquí un claro ejemplo de cómo puede alterarse una
foto para intentar confeccionar una belleza que no es real:
Para
muchos de los que pertenecen a las nuevas generaciones tecnológicas,
los secretos del Photoshop y otros programas similares son materia
bien conocida. Cualquier imagen se puede manipular de mil maneras.
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